martes, 19 de enero de 2021

SIETE MUJERES FRENTE AL ESPEJO

Siete mujeres nacidas en Melilla. Siete mujeres diferentes, siete caracteres en un mismo espacio, siete luchas a favor y en contra de las siete virtudes teologales y los siete pecados capitales, siete éxitos y siete fracasos, siete muertes y siete renacimientos, siete mentiras, siete encuentros, siete razonamientos, siete derrotas, siete posibilidades y siete espejos distintos, siete lunas rotas y siete anocheceres, siete corazones, siete cerebros, siete materiales biológicos, siete definiciones; en definitiva, siete sueños.


Tras escribir y publicar treinta novelas, todas menos “Alenda desnuda” (Plaza&Janes 1972), enfocadas desde la visión masculina, en muy diferentes argumentos, decidí este verano dar el salto al otro lado del espejo. Buscar los rincones más oscuros de una serie de personajes femeninos que han caminado a mi espalda, al frente y a los lados, desde que empecé a publicar en Planeta, allá por 1970. Como escritor que huye, como de la peste, de los bestseller y las novelas negras, del simple entretenimiento -que respeto sin duda-, el reto era curioso. Confieso que no soy nada convencional en mis razonamientos. Lo normal me aburre, las disquisiciones sobre la vida conciudadana no me interesan. Tengo el pecado de ser un devorador de ciencia, desde Arquímedes hasta los últimos físicos de hoy en día. Y esa curiosidad, forma ya parte de mis obras desde hace algún tiempo. Por otra parte, soy un insaciable lector de novedades literarias. Me gusta estar al día de cuanto se escribe por el mundo. Mi más profundo respeto por todas ellas, incluidas las reverenciadas por los críticos y los premios millonarios. Por tanto, si todas esas formas de ver la vida están ya tan bien expuestas, yo intento caminar por esos otros jardines donde los senderos se bifurcan.

El materialismo y el historicismo en la literatura actual están intentando ahogar, a los pocos seres humanos que aún leen libros, en aventureros de un mundo ficticio, que camina hacia la más profunda esclavitud. Como escritor tengo que luchar, con cientos de ideas y palabras, contra esa tendencia.


SIETE MUJERES FRENTE DEL ESPEJO son siete puertas hacia el abismo. Si lo he conseguido, loado sean los dioses que me han ayudado; en caso contrario, lo seguiré intentando en mi siguiente novela, la número treinta y dos.